¿Crees que tus pensamientos dan forma a tus experiencias? Si es cierto que algunas mentalidades pueden hacer que te sientas de una manera específica, y que la manera en que te sientes influye en las decisiones que tomas a diario, quizás vale la pena considerar la relación entre los pensamientos y la realidad.

Sin embargo, con todo un espectro de mentalidades para elegir, desde las útiles hasta las que no lo son tanto, es posible que te preguntes con cuáles operas la mayor parte del tiempo. 

En esta guía, hablaremos de 29 tipos de mentalidad diferentes e ilustraremos cuáles son más factibles de tener un impacto positivo. 

Enlaces rápidos

  1. Mentalidad de crecimiento
  2. Mentalidad de aprendizaje
  3. Mentalidad fija
  4. Mentalidad positiva
  5. Mentalidad negativa
  6. Mentalidad de abundancia
  7. Mentalidad de escasez
  8. Mentalidad de avaricia
  9. Mentalidad emprendedora
  10. Mentalidad de negocios
  11. Mentalidad de liderazgo
  12. Mentalidad de seguidor
  13. Mentalidad creativa
  14. Mentalidad agradecida
  15. Mentalidad segura
  16. Mentalidad social
  17. Mentalidad profesional
  18. Mentalidad poderosa
  19. Mentalidad productiva
  20. Mentalidad improductiva o perezosa
  21. Mentalidad miedosa
  22. Mentalidad de largo plazo
  23. Mentalidad de corto plazo
  24. Mentalidad de autoeficacia
  25. Mentalidad de ira
  26. Mentalidad de soñador
  27. Mentalidad de envidia
  28. Mentalidad de relevancia
  29. Mentalidad de pertenencia

Tipos de mentalidades

Básicamente, llamamos “mentalidad” a la forma en que piensas y las cosas que crees. Esto se reflejará en las decisiones que tomes, en tu forma de reaccionar ante las circunstancias, en las relaciones que mantengas, etc. 

Las mentalidades pueden cambiar con el tiempo, no son estáticas y se ven influenciadas por tus decisiones y experiencias. Tampoco son excluyentes; puedes identificarte con más de una mentalidad a la vez. 

Aprender sobre los diferentes tipos de mentalidad que existen puede ser útil. A medida que leas sobre cada una, piensa en si te identificas o no, o si quieres incorporar ese tipo de mentalidad a tu vida. 

1. Mentalidad de crecimiento

Tanto la mentalidad de crecimiento como la mentalidad fija (de la que hablaremos en un momento) son producto de la investigación de la Dra. Carol Dweck sobre por qué algunos estudiantes mostraron más resiliencia y voluntad de seguir intentando y trabajando en los desafíos que otros. 

Mentalidad de crecimiento es la que te hace creer que puedes desarrollarte aún más y aprender de tus experiencias. Las habilidades con las que naciste son simplemente un punto de partida. Las personas con este tipo de mentalidad tienen mayor tendencia a encontrar un sentido en las dificultades a las que se enfrentan y usar las lecciones que aprenden para mejorar y evolucionar para el futuro. 

2. Mentalidad de aprendizaje

La mentalidad de aprendizaje es otro tipo de mentalidad orientada al crecimiento; las personas que tienden al aprendizaje perpetuo probablemente también tengan una mentalidad de crecimiento

Nos encanta esta forma de encarar la vida: verte a ti mismo como un eterno aprendiz implica que te sentirás animado y entusiasmado a la hora de aprender cosas nuevas, en lugar de machacarte por el hecho de que aún no eres un experto. 

3. Mentalidad fija

En contraste con las mentalidades mencionadas anteriormente, las personas con mentalidades fijas creen que su intelecto y otras habilidades se fijan con el nacimiento, lo que deja poco espacio para el crecimiento y el impulso frente a los obstáculos. 

Los que tienen este tipo de mentalidad son más propensos a creer el talento es suficiente para lograr el éxito; por lo tanto, no existe razón para esforzarse para alcanzar objetivos si no tienes talento inherente. Es probable que sientan que cualquier iniciativa para mejorar sea un esfuerzo inútil. 

4. Mentalidad positiva 

La mentalidad positiva, también conocida como "actitud mental positiva" o "pensamiento positivo" es la que te lleva a buscar lo bueno de cada situación, sin importar lo terribles que parezcan las cosas a primera vista. (Nota: No es lo mismo que bypass espiritual, que tiende a evitar o rechazar reconocer emociones negativas complejas). 

El pensamiento positivo se asocia con una mejora de la salud física y mental. Hay muchas formas de lograr una mentalidad más positiva, como la meditación, los mantras y los diarios de gratitud para reflexionar sobre los aspectos positivos de tu vida.

5. Mentalidad negativa

Probablemente sospeches que es una que quieres evitar, ¿verdad? Las personas con mentalidades negativas suelen enfocarse en los aspectos negativos de una situación o los rasgos negativos de otra persona o de sí mismos. 

Esta forma de pensar no deja mucho espacio para el crecimiento positivo. Si tiendes a pensar que las cosas no tienen solución o que casi todo es malo, probablemente te cierres a las nuevas experiencias y no le encuentres sentido a intentarlo. 

6. Mentalidad de abundancia

¿Sientes que hay muchas cosas buenas en el mundo? La mentalidad de abundancia es definitivamente una de los que valdrá la pena adoptar, ya que empezarás a ver el vaso medio lleno, incluso en los momentos difíciles. 

Por ejemplo, si tienes una entrevista para un trabajo y no funciona y tienes mentalidad de abundancia, te dirás a ti mismo que habrá muchas otras oportunidades en el futuro. Esto puede ayudarte a tener fuerzas para seguir adelante y creer que las cosas van a salir bien.

7. Mentalidad de escasez

La mentalidad de escasez es lo contrario de la mentalidad de abundancia. Las personas con mentalidad de escacez piensan que los recursos como el amor y el dinero son finitos. Esto puede llevarlas a aceptar o permanecer en situaciones que no son saludables porque no ven alternativas viables. 

También es posible que a las personas con mentalidad de escasez les cueste más que a otras aceptar o lidiar con los cambios y que vean las cosas con una mirada mayormente negativa. 

8. Mentalidad de avaricia

Esta mentalidad está estrechamente relacionada con la mentalidad de escasez. Las personas con mentalidad de avaricia sienten que nunca tienen suficiente, y no se detendrán ante nada para conseguir más de lo que les motiva, ya sea dinero, poder, fama o cualquier otra cosa. 

La mentalidad de avaricia nunca es buena. Preocuparse únicamente por uno mismo y carecer de empatía por los demás no es saludable para ninguna persona, ni para el colectivo. 

9. Mentalidad emprendedora

¡Nuestra comunidad está llena de emprendedores, así que somos grandes fans de esta mentalidad! 

Piénsalo: para tener éxito, los emprendedores deben operar en un mundo de incertidumbre, tener confianza en sí mismos y en sus decisiones, y progresar constantemente. En consecuencia, los emprendedores suelen ponerse en acción e idear planes específicos cuando se les ocurren ideas u objetivos que quieren alcanzar. 

10. Mentalidad de negocios

La mentalidad de negocios tiene mucho en común con la mentalidad emprendedora; muchos de los patrones de pensamiento y comportamientos que hacen que tengas éxito en el mundo de los negocios, te ayudarán como emprendedor. Sin embargo, una mentalidad de negocios puede aplicarse tanto si trabajas por tu cuenta como si no. 

Las personas con mentalidad de negocios quieren ser mejores en lo que hacen y se dedican a desarrollarse en consecuencia. Usan su tiempo de forma inteligente, aprenden nuevas habilidades que les ayudarán en sus carreras y están dispuestos a asumir riesgos (adecuados) porque saben que les ayudará a crecer. 

11. Mentalidad de liderazgo

Si llevamos la mentalidad de negocios un poco más allá, la mentalidad de liderazgo es la que te permite perfeccionar las habilidades y experiencias que te ayudarán a convertirte en un líder o a mejorar como tal. 

Las personas con mentalidad de liderazgo pueden tratar de desarrollar cualidades como la humildad, la transparencia y la comunicación directa. Quizá dediquen tiempo a aprender a ver el "panorama general" y cómo las decisiones afectarán a las personas o a los procesos de una organización o situación. 

12. Mentalidad de seguidor

Vivimos en un mundo que pone a las personas en pedestales, por lo que resulta natural que algunos adoptemos una mentalidad de seguidor. Y en ciertas situaciones puede tener sentido ser un seguidor, ya que no todos somos expertos en todo. 

Sin embargo, si eres un seguidor en la mayoría de las áreas de tu vida y sabes que quieres ser más protagonista, piensa en las formas en que puedes impulsarte hacia la mentalidad de liderazgo de la que acabamos de hablar. 

13. Mentalidad creativa

¡Esta es otra favorita en Skillshare! La mentalidad creativa hace hincapié en que todos somos seres creativos, independientemente del medio que elijamos o de nuestro nivel de habilidad. Eres un creador de tu vida en la forma en que eliges vivirla, y puedes optar por aportar creatividad a la forma en que te expresas y pasas tu tiempo.

Creemos que todas las personas son creativas por naturaleza. Si te das la oportunidad y el espacio para dejar fluir tu creatividad, quizás te sorprendas gratamente con las ideas y la inspiración que surjan como resultado.

Aprende más sobre la mentalidad creativa

Mentalidad para artistas: cómo nutrir tu creatividad

14. Mentalidad de gratitud

Estar agradecido es una forma fácil de mantener los pies sobre la tierra en los momentos difíciles y permitirse celebrar los buenos. 

Puedes practicar la gratitud de muchas formas. Prueba con un diario de gratitud, para sentarte una vez al día y escribir todos los momentos buenos y destacados que hayas vivido. O, quizás, haz una pausa cuando sientas alegría o cuando te enfoques en algo positivo. Respira profundo y disfruta del momento.

Sé creativo: ¡No hay una forma equivocada de sentirse agradecido!

15. Mentalidad segura

¿Te gustaría creer más en ti mismo? Trabajar en tu confianza puede ser útil. 

El camino de cada persona hacia la confianza en sí misma es diferente. Empieza por pensar en las áreas en las que no te sientes tan seguro de ti mismo, y luego identifica las medidas que puedes tomar para estar más seguro de tus capacidades. 

Por ejemplo, si no tienes tanta confianza en tus habilidades sociales, ponte como objetivo iniciar una conversación con una persona nueva por semana hasta que empieces a sentirte más cómodo haciéndolo. Es probable que recibas refuerzo positivo en el proceso, lo que hará que sea más fácil continuar.

16. Mentalidad social

Hablando de ser más sociables, la mentalidad social es un enfoque centrado en las personas en el que se piensa en ellas y en su bienestar por encima de otras prioridades. 

Supongamos que eres un líder de ventas, y tu equipo no alcanza sus objetivos trimestrales. Si lo abordas desde una mentalidad social, tendrás que evaluar qué puede estar generando esta situación. ¿Los objetivos son razonables para tus empleados? ¿Hay otros factores que estén afectando negativamente al equipo y, si es así, cómo puedes mitigarlos? Esta es una mentalidad muy diferente a la de pasar inmediatamente a la acción disciplinaria porque el equipo no está alcanzando el objetivo. 

17. Mentalidad profesional

La idea de una mentalidad profesional surge de las estrategias que utilizan las personas que ejercen profesiones tradicionalmente reconocidas (pensemos en los médicos, los abogados o los directores generales). Cualquiera que ascienda en este tipo de carreras rígidas probablemente haya tenido que adoptar un plan para seguir adelante. 

Nos gustaría pensar que una mentalidad profesional puede ampliarse para aplicarla a cualquier línea de trabajo. ¿Qué hace que alguien en tu sector sea exitoso? ¿Qué habilidades necesitas para llegar a donde quieres? Pulir estos detalles es central para lograr una mentalidad profesional. 

18. Mentalidad poderosa

Una mentalidad poderosa o fuerte te llevará lejos. Este tipo de mentalidad incorpora muchos de los elementos que ya hemos mencionado, por ejemplo, las personas con mentalidades poderosas creen que pueden crecer y cambiar (¿recuerdas la mentalidad de crecimiento y la de aprendizaje?). 

Las personas con mentalidad poderosa saben dónde quieren estar en la vida y hacen lo que está bajo su control para llegar hasta allí. Ser poderoso también puede significar superar los sentimientos negativos. Todos los sentimientos son válidos y naturales, pero podemos elegir cómo reaccionamos y las medidas que tomamos en función de esos sentimientos.  

19. Mentalidad de productividad

Hoy en día, hay muchos recursos para gestionar mejor el tiempo. Aunque la productividad puede significar eso, también puede implicar otras cosas: considerar tus puntos fuertes y organizar tu día en torno a ellos, pensar en la forma en que fluye tu energía a lo largo del día y programar tiempo para el descanso. 

Ser productivo por el mero hecho de serlo no hará más que agotarte. Cuando pienses en la mentalidad de productividad, pregúntate cómo puedes honrarte a ti mismo primero. A partir de ahí, desarrolla un marco que te permita lograr lo que quieres sin descuidar tus necesidades. 

20. Mentalidad improductiva o perezosa

Esta mentalidad es exactamente lo que piensas que es. Las personas con este modo de pensar tienen dificultades para sentirse motivados a trabajar en sus objetivos. Se sienten más cómodos dejando las cosas como son y no arriesgándose ni "buscando problemas". 

Es importante conocer en profundidad los motivos por los que alguien está atrapado en esta mentalidad. Para una persona, podría ser que les cuesta enfocarse y les resulta beneficioso eliminar las distracciones. Para otra, en cambio, podría significar que están agotados y realmente necesitan un descanso. 

Cada situación es distinta, pero si sientes que eres mayormente improductivo y eso te genera frustración, vale la pena evaluar los motivos.

21. Mentalidad miedosa

Cuando te estanques en una mentalidad miedosa, quizás evites hacer cosas de las que no estés completamente seguro que harás bien o podrás manejar. Tal vez te imagines constantemente el peor escenario y no te sientas capaz de confiar en que puede suceder algo bueno. 

Con frecuencia, a esta forma de pensar también se llama "mentalidad de escasez". 

La mayoría de nosotros siente miedo y sabemos que es difícil de superar. Tal vez el truco esté en que realmente no lo superamos; tal vez solo aprendemos a vivir con el miedo y a seguir adelante a pesar de él. 

22. Mentalidad de largo plazo

¿Piensas en el futuro cuando te planteas nuevos objetivos o tomas decisiones? Tener una mentalidad de largo plazo implica contemplar cómo contribuirán las decisiones diarias a lo largo del tiempo y a dónde te llevarán finalmente.

Tener la mirada puesta en el futuro puede ser muy útil no solo para orientarte hacia el éxito sino también para recordarte que no siempre verás resultados inmediatos. Construir una vida que ames lleva tiempo, y no siempre es un proceso que se pueda instagramear. Pensar con visión de futuro puede ayudarte a mantener la perspectiva cuando te preocupe que las cosas no sucedan lo suficientemente rápido.

23. Mentalidad de corto plazo

Por otro lado, la mentalidad de corto plazo se centra más en el aquí y ahora. Esta mentalidad no es necesariamente mala; sin duda, es valioso ser capaz de ver lo que hay que hacer hoy y actuar con rapidez para obtener resultados. 

Dicho esto, lo mejor es combinar una mentalidad de corto plazo con una de largo plazo para asegurarse de no estar pensando solo en el presente, a expensas del futuro. Lo ideal es que las decisiones que tomes supongan una mezcla de beneficios a corto y a largo plazo, y no solamente uno u otro. 

24. Mentalidad de autoeficacia

Esta mentalidad tiene mucho en común con la de confianza. La autoeficacia se refiere a la confianza que tiene una persona de que es capaz de hacer lo que necesita ante una tarea o situación específica. 

Por lo tanto, las personas con alto nivel de autoeficacia sienten confianza en sus habilidades, mientras que las que tienen bajo nivel de autoeficacia dudan de sí mismos. 

Tener confianza en la propia capacidad de tener éxito tiene muchos beneficios. Como hemos visto con otras mentalidades, te prepara para ser más resistente cuando te enfrentas a los desafíos y te da la capacidad de interactuar con los demás de forma segura y sociable.

25. Mentalidad de ira

De la misma manera que ocurre con el miedo, la ira es una emoción humana natural. No hay que avergonzarse de sentir ira. Sin embargo, no es saludable actuar principalmente desde la ira. Cuando nos dejamos llevar por la ira, podemos agredir a los demás, decir o hacer cosas de las que nos arrepentiremos, perjudicar las relaciones y sufrir internamente a causa de las emociones intensas. 

Lo mejor que podemos hacer es permitirnos sentir ira, reconocerlo y tratar de seguir el proceso ya sea para aceptarla o abordar su causa. 

26. Mentalidad de soñador

Con la mentalidad de soñador, ¡el cielo es el límite! Si puedes soñarlo o pensarlo, puedes lograrlo. Los soñadores apuntan alto y no se limitan a la hora de generar ideas sobre la vida que aman. 

Probablemente eso suene increíble, como debe ser, pero no te permitas ser solo un soñador y no un emprendedor. Si no te pones a trabajar, todas esas increíbles visiones no se harán realidad. 

27. Mentalidad de envidia

Los celos son una emoción complicada que nos puede llevar a hacer cosas de las que no sentimos orgullo. Si notas que estás actuando a partir de la envidia, da un paso atrás. Pregúntate: ¿por qué siento celos? Si es porque sientes que alguien tiene algo que no tienes, ¿puedes hacer algo para tenerlo o conseguirlo? ¿Se trata de una necesidad sin cubrir?

Por ejemplo, si te sientes excluido de un grupo de amigos y comienzas a sentir celos, podrías evaluar la creencia básica que te genera esa emoción y si esa creencia es verdadera o no. Quizás tienes miedo de no ser digno de amistad y eso genera emociones negativas. ¿Tu creencia es real? ¿Qué puedes hacer para sentirte mejor? Cuando encuentres la raíz de la envidia, podrás tomar decisiones conscientes para corregir la situación si fuera necesario. 

28. Mentalidad de relevancia

Una mentalidad de relevancia te ayuda a entender cómo las cosas que estás aprendiendo o las experiencias que estás viviendo pueden ser útiles en tu vida en general, o en el futuro. Ver las cosas como significativas y relevantes puede darte un mayor sentido de satisfacción y propósito en tu vida y ayudarte a ser más consciente y prestar atención a lo largo del día.

29. Mentalidad de pertenencia

A menudo se utiliza en el ámbito educativo, la mentalidad de pertenencia es cuando las personas sienten que son apreciadas y respetadas por quienes las rodean. Sienten que tienen algo que aportar al grupo y que se les valora.

Sentir que se pertenece a un grupo o comunidad puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional. Es más probable que te sientas seguro y que te esfuerces por crecer porque sientes que puedes hacerlo con seguridad. 

Elegir qué mentalidades adoptar 

Una de las cosas más sorprendentes de la vida es que puedes desempeñar un papel tan activo a la hora de determinar lo que te importa y cómo vives. Aunque esta lista no es en absoluto completa, esperamos que la lectura de estas 29 mentalidades te haya dado algunas ideas sobre pequeños (o grandes) cambios que te gustaría hacer para mejorar tu bienestar diario. 

Domina la mentalidad

Clase magistral sobre mentalidad: cómo cultivar un crecimiento eterno

Escrito por

Nikki Carter

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